Con Adrián Berazaín, por encima de lo conocido

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Por. Nacho Machín

Fotos: Cortesía del entrevistado


Lo vi tocar por primera vez durante un concierto en el teatro Bertolt Brecht. Cada tema interpretado emanaba alegría en aquel público que coreó cada una de sus canciones. Luego de su función, Adrián Berazaín accedió a conversar y tomarse fotos con las personas que se le acercaban entre ellos yo. No le urge el tiempo; por más apurado que esté, siempre atiende las peticiones de sus seguidores.

Sus antiguos compañeros de estudio en la Lenin (Instituto Preuniversitario Vocacional) lo recuerdan como alguien jovial, sincero y humilde. Más de 15 años después, el Berita, como le dicen, mantiene esa misma esencia. La sonrisa y sinceridad demostradas en esta entrevista.

Diseñador de profesión, escogió la música como destino y la aprendió de manera empírica. Hasta hoy, continúa profundizando sus conocimientos. Pronto será padre, una dicha que le permitirá ver el mundo con otra mirada. En las siguientes líneas, vamos por encima de lo conocido con el autor de temas como “La estación” y “El club de los corazones rotos”.

Tonadas y acordes

El joven cantautor no tiene claro cuántas canciones ha escrito, pero de lo que sí no hay dudas es que en sus más de 10 años de carrera ha logrado enamorar a un considerable público en Cuba. Cuando debutó, en 2011, muchos veían en él a una promesa de la canción contemporánea. A partir de ahí ha merecido reconocimientos por sus éxitos musicales.

Tempranamente, se le veía en los conciertos de sus artistas preferidos. “Iba a ver a la gente que me gustaba (y me gusta todavía), y de pronto un día estaba cantando con muchos de ellos”, confiesa.

¿Cómo defines tu relación con el público?

“Es un poco complejo decirte, porque el público cambia mucho. Trato siempre de ser ameno, que me vean como uno más de ellos. Solo doy mis canciones. Es mi actitud y no critico a nadie con ello, me siento bien así. Me gusta conversar con la gente y si ya te bajaste del escenario pues sigue la vida”.

Tu formación en la música fue netamente empírica, ¿te ha afectado esto en algún momento?

“Al principio sí. Conocías algún que otro músico de escuela que hacía resistencia, pero siempre quise aprender. Yo trataba de buscar más profesores que enemigos en la vida en general, y en la música trato de aprender de todo el mundo. Cuando se llega como estudiante, con humildad, por lo general te ayudan.

“Hay gente que me ha dicho no, tú no eres músico. Entonces lo que he hecho es hacer mejores canciones para convencerlos y así ha sido”.

Los inicios de Adrián Berazaín en el arte datan de bien joven, durante sus tiempos en la enseñanza secundaria; sin embargo, no fueron en la música. “Mis primeras incursiones fueron en el humor. Cuando estaba en la secundaria hacía sketches. Ya después en el preuniversitario, antes de tocar la guitarra, hice algún que otro monólogo de mi papá Antonio Berazaín. También canté algunas cosas de Virulo (Alejandro García). Pero llegó el punto en que me dediqué a la guitarra y a cantar”, relata.

Entre la música y el diseño,¿cómo logras de ambas profesiones una buena unión?

“Yo tuve esas dos inquietudes casi al mismo tiempo: cantar, tocar la guitarra, y dibujar, expresarme gráficamente. Actualmente me dedico mucho más a la música, pero también he logrado llevar mis proyectos de diseño, uno a la vez. Por ejemplo, ahora mismo estoy inmerso en la campaña del Aquelarre”.

Junto a la guitarra casi siempre te acompaña la armónica, ¿cuál de los dos instrumentos prefieres?

“Las dos me gustan mucho, aunque hubo un tiempo en que tenía mi preferida. Empecé a tocar la armónica cuando estaba en el pre. Era más cómoda que la guitarra para dar los viajes hasta la escuela con el transporte. Y como ya en aquel entonces me gustaba participar en las actividades culturales, decidí buscar un instrumento más pequeño y fue cuando apareció la armónica.

Me gusta mucho y le tengo el mismo respeto que a la guitarra. Trato de estudiar un poco más cada día, viendo grabaciones de algunos armonistas que están haciendo cosas interesantes en el mundo y así nutrirme; lo mismo que con la guitarra.

¿Qué significa el éxito en tu vida?

“Cada cual tiene su propia etiqueta para ello. A veces tu éxito está en cantarle a 40 personas, otras veces a 40 000. Creo que cada uno debe buscarse su propio éxito, saber cuál es, con lo que el artista se sienta bien. A veces, no está en la cantidad de personas a las que se le cante”.

¿Cuál crees sea la clave para alcanzarlo?

“Todos tenemos talento, pero si no se cultiva y no lo trabajas diariamente es más difícil lograr el éxito. Aunque tengo una canción nueva que dice que “el fracaso es el éxito a largo plazo”. Estar constantemente fracasando te lleva a aprender de tus propios traspiés”.

La juventud de su carrera no ha sido impedimento para que Adrián Berazaín haga buena música. En más de una ocasión hemos visto su nombre en las galas de los Premios Lucas, máximo galardón otorgado al videoclip cubano. Sin embargo, no se duerme en los laureles. Según confiesa: “hay que coger los premios con cierto nivel de seriedad.Para mí el premio o el éxito es terminar la canción, ya después vas cogiendo otros méritos. La trascendencia es un premio que te da la vida, y ese es el que más busco”.

En tu primer disco Como los locos (2011) dedicabas uno de los temas a la popular Calle G y sueles publicar en tus redes sociales recuerdos allí, ¿cuánto representa para ti ese espacio?

“Representa el recuerdo de mi adolescencia, de mi formación. Estuve mucho tiempo tocando allí en los parques de la avenida. Es una etapa bonita de mi vida. Ahora que mencionas ese primer disco Como los locos, tengo la perspectiva fijada en esa producción y muchas ganas de ser ese Adrián Berazaín del 2011, que venía de la calle G, pero que ya ha conocido otras cosas y quiere volver a expresar la misma esencia con la madurez de 10 años después”.

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Desde sus inicios, el Berita se ha definido como trovador. Sin embargo, su música, ritmo y letras coquetean con otros géneros como el pop rock y el rock&roll. Esto para él no es impedimento, al contrario, le gusta ser un artista diferente e innovar. Su definición es la del trovador moderno.

¿Te gusta experimentar con otros géneros?

“Me gusta. Quizás uno haya experimentado mucho, pero no lo suficiente. Nunca es suficiente para aprender. Eso ayuda a tu seguridad y superación como artista”.

Las letras de tus canciones, así como los ritmos, te sitúan en un espacio a veces no delimitado entre trovador y rockero ¿Ventajas y desventajas de hacer esa música?

“La ventaja es que te ayuda a clasificar en otros premios de los que ahorita hablábamos como puede ser canción nueva trova, pop rock y así. Pero me gusta que no me puedan encerrar en un solo género musical, por el hecho de no ser igual a lo que ya está establecido. Eso es lo que más busco”.

Dijiste en una ocasión al portal Cubasí: “Soy un trovador de estos tiempos, pero siempre un trovador” ¿En qué consiste para ti el “trovador moderno”?

“Es alguien que haga lo que siempre hizo un trovador, pero queen vestimenta, imagen y proyección pueda ser único y tener su propio esquema. No logro entender a quien se haga llamar así y se parezca a uno de hace 20, 30 o 40 años. Claro, tienes que beber de los grandes que existieron y existen; pero si estás haciendo una canción nueva, no deberías parecerte mucho a algo que ya está establecido”.

¿Prefieresque el público baile o piensecon tu música?

“Prefiero mejor que la cante. El público cubano también es muy cantador, y eso no se nos puede olvidar”.

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El año 2013 marcó una cima en su carrera. En ese entonces, Adrián y Mauricio Figueiral popularizaron la canción que da título a esta entrevista: Por encima de lo conocido. Rendía homenaje a José Martí en el aniversario 160 de su natalicio desde una perspectiva diferente, alejándose de los paradigmas establecidos para entrar en el héroe humano. Dicho tema musical se alzó con el galardón de Mejor Video Trova en la edición de los Premios Lucas de ese año.

¿Cómo surge la idea de la canción a Martí?

“Es una canción que me piden del Centro Cultural José Martí. Recuerdo no tenerla lista para el 28 de enero, pero ya en febrero se había terminado. Ese videoclip fue de los primeros que dirigí en cierta medida. Pese a tocar un tema social, político, me la piden mucho en lugares donde toco; y me gusta ver cómo la gente la adopta desde distintos puntos de vista. De hecho, a Martí no lo llamo así en la canción, sino Julián. Para hacer algo diferente subimos a grabar en el Pico Turquino”

¿Qué les falta a las nuevas generaciones de músicos cubanos?

“Seguir haciendo. Ninguna generación en sus primeros años ha sido perfecta, eso se ve con la historia. Creo que necesitan tiempo y pasar por las cosas de los que llevamos más experiencia en esto. Pero tiempo, sobre todo”.

Superas ya los 10años de vida artística, ¿cuál crees que sea tu mayor legado a la música cubana en este tiempo?

“Aún nada, no pienso que todavía legue algo; me falta trabajo. Tengo una carrera joven y debo seguir manejándola”.

¿Cuántos proyectos, ideas y metas te quedan por realizar?

“Todo queda. Seguimos haciendo cosas y queda mucho trabajo aún. Hay gente que me dice: has hecho grandes canciones, y yo digo que grandes canciones de qué, si aún tengo idea de seguir sacando temas. Me siento en un momento muy cómodo de mi carrera: tengo la madurez ya para enfrentarme a proyectos mayores”.

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